domingo, 25 de octubre de 2015

Convento dominico de San Pablo de Palencia


Santo Domingo de Guzmán (1170-1221), nacido en Caleruega (Burgos) llegó a la capital palentina a los catorce años y permaneció en ella hasta los veintiocho (1184-1198). Estudió en el Studium Generale de Palencia seis cursos de Artes (Humanidades superiores y Filosofía), cuatro de Teología y otros cuatro fue profesor de este centro, germen de la primera Universidad de España.

Al terminar la carrera de Artes en 1190 se hizo canónigo regular en la catedral de Osma y al año siguiente, ya en Palencia, conmovido por el hambre que pasaban muchos de sus vecinos, vendió sus libros y pergaminos para aliviar a los pobres del hambre que asolaba Castilla. Este conocido como Gesto de Palencia fue seguido por estudiantes y profesores del Estudio General, que intentaban socorrer, en lo que podían, las necesidades más básicas de la población.


Al concluir Teología en 1194, Domingo se ordenó sacerdote y fue nombrado regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en el Estudio de Palencia. Inició entonces su trabajo apostólico y, una vez confirmada la Orden de Frailes Predicadores en el año 1216, regresó a su patria chica pasando de nuevo por Palencia.

La tradición ubica la casa en la que vivió Domingo de Guzmán en Palencia siendo estudiante en la calle que lleva su nombre. Cerca de ella, el religioso fundó el histórico Convento de San Pablo en 1219, apenas unos meses después de haber fundado el de Santa Cruz en Segovia, tal y como queda reflejado en la tabla del siglo XVI que se encontró el año pasado en el Convento, el único de los que fundó el Santo en España que continúa hoy su labor apostólica.


La Comunidad de los Padres Dominicos de Palencia está formada hoy por dieciséis frailes, once de los cuales viven en las instalaciones ubicadas en la plaza de San Pablo. Del primitivo edificio no queda nada. Las labores de construcción de la nueva iglesia fueron iniciadas en el siglo XIV y concluyeron en el XVI. En 1514, bajo el patronazgo de los Rojas, Marqueses de Poza y Señores de Monzón, que deseaban ser enterrados aquí, se demolió la primitiva capilla mayor para construir la actual, obra que se terminó en 1534.

El templo fue ocupado por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, que lo destinaron a hospital militar y presidio. Posteriormente, en 1835, los religiosos fueron expulsados con la Desamortización. En aquel momento se inventarió todo para después salir a subasta pública. Por los documentos de la época se ha comprobado que era una Comunidad más bien pobre, que tenía terrenos y casas, pero los cedían a los más necesitados. 


Lo más antiguo que queda son las Capillas de Santo Domingo y del Cristo. Tras construirse la Capilla Mayor se levantaron sucesivos edificios y llegaron a tenerse tres claustros. La Comunidad Dominicana regresó en torno a 1880 y los frailes comenzaron a recuperar y adquirir posesiones, algunas de las que se habían vendido o subastado, aunque muchas de ellas habían sido quemadas. Comienza a reedificarse de nuevo el convento en el que permanecen hasta 1957, cuando pasan a un edificio anejo a la iglesia -diseñado por Jacobo Romero en 1920- y que hasta aquel año acogía los Juzgados y la Audiencia Provincial de Palencia, pasando a ser residencia y noviciado de la Orden. Con el regreso comenzó también la adquisición y recuperación de fondos para la biblioteca, que había desaparecido. El fondo nuevo -desde 1830- está formado por más de 13.000 volúmenes, a los que se suman 9.500 más antiguos.

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