viernes, 19 de junio de 2015

El Eremo de Camaldoli


Hoy día de san Romualdo, queremos pasar por el lugar que el mismo fundó y dedicó a la búsqueda de Dios, al silencio y la oración. Un lugar donde el hombre se retira entre el silencio del bosque y alaba a Dios, su creador entre el canto de las aguas y los pájaros. Camaldoli es una localidad conocida en el mundo entero por albergar en su zona dos de los más importantes lugares de culto de toda Toscana: El Monasterio y El "Èremo" o Eremotorio de Camaldoli. Dichos antiguos complejos religiosos están situados en la provincia de Arezzo, en la zona de Casentino, en un valle rodeado por un espléndido bosque protegido. Una fracción de ese bosque pertenece a los monjes Camaldulenses quienes, hoy en día rigen ambos emplazamientos monásticos.

El Monasterio se encuentra junto a la carretera y el Eremotorio está emplazada en un encantador y solitario lugar de su área boscosa. El Eremitorio y el Monasterio se fundaron en el siglo XI. A principios de ese siglo, San Romualdo llegó a lo que entonces era un valle desierto y el Conde Maldolo le donó un área de su territorio para que pudiera aislarse del mundo. Con la aprobación del Obispo de Arezzo, fundó la Orden de los Monjes Camaldoleses, observantes de la Regla de San Benito. 

Primero, fundó el "Èremo" dedicado a la vida contemplativa.  Unos años después, restauró un antiguo edificio y lo convirtió en refugio de peregrinos. Entre 1080 y 1085, el refugio, completamente rehabilitado y agrandado, pasó a ser el Monasterio, designado para mantener una vida religiosa activa que, a largo de los siglos, ha impulsado un preclaro desarrollo humanístico e intelectual en Italia y en el extranjero.

La Orden de los Camaldoleses ha tenido distintos miembros insignes, tales como Guido di Arezzo, quien inventó la notación musical vigente hoy en día; Graciano, quien asentó las bases de la ley canónica;  Lorenzo Monaco,  prestigioso pintor del siglo XV; el eminente filósofo y humanista Ambrogio Traversari, así como Niccolò Malerbi quien, en el siglo XV, publicó la primera traducción al italiano de la Biblia. Dante Alighieri celebró a tres de sus miembros en el Canto del Paraíso de la Divina Comedia: Romualdo, Graciano y Damiano. Al día de hoy, el Monasterio y el Eremitorio siguen siendo lugares de peregrinación, así como de alto interés histórico y artístico. Dejamos aquí un par de visiones del eremitorio camaldulense en medio del silencio.

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