miércoles, 21 de agosto de 2013

La Ciudad del Vaticano

Cuando los medios de comunicación se refieren actualmente al centro de la Iglesia, hablan del Vaticano. Pero el Vaticano sólo ha sido residencia y centro de la Iglesia en tiempos muy recientes: exactamente, desde la invasión de los Estados Pontificios en 1870. Hasta entonces, Roma no era capital de Italia, sino el centro de los dominios temporales del Papa, y la entera Roma era la capital de la Iglesia. El Papa residió en diversos lugares de Roma, con preferencia a la colina vaticana: o bien en los palacios lateranenses, o bien hasta 1870 en el Palacio Quirinal. Este Palacio, posteriormente utilizado como Palacio Real de los Saboya, y actualmente Palacio Presidencial de Italia, fue siempre el Palacio Papal.

Fue el papa Pío IX quien tuvo que afrontar la invasión de sus estados. Su sucesor, León XIII, vivió su largo y fructífero pontificado como prisionero en el recinto vaticano, en torno a la Basílica de san Pedro. Su sucesor, el papa san Pío X, cuya memoria hoy celebramos, mantuvo esta situación y, de hecho, tras su elección, no salió a la logia central de la basílica a impartir su bendición, como se hace actualmente, por considerar la Plaza de San Pedro como un territorio invadido. Será el papa Pío XI quien logra firmar con el Reino de Italia los Pactos de Letrán, el año 1929, que siguen rigiendo actualmente, y por el que el Vaticano queda constituido como estado.

La existencia de un estado soberano tiene la finalidad de evitar que el Papa quede sometido a la soberanía de un estado nacional, y se preserve de este modo la libertad de la Iglesia. Es un instrumento que ha ayudado a la Iglesia en los difíciles momentos del siglo XX. San Pío X no pudo, sin embargo, valerse de esta posición cuando procuró evitar la Primera Guerra Mundial, pues nunca fue reconocido por las grandes potencias de la época como una voz a escuchar.

El video que podemos ver  a continuación, es un reportaje sobre la canonización del papa san Pío X por su sucesor Pío XII en San Pedro del Vaticano. La ceremonia fue especialmente seguida en Italia, dada la gran popularidad del papa Sarto. Los rituales son propios de una época pretérita, pero resulta un documento altamente interesante en la historia de este lugar santo.

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