lunes, 4 de febrero de 2013

Fulda

Catedral de Fulda

Fulda es una pequeña ciudad de unos sesenta mil habitantes. No sólo se encuentra geográficamente en el centro de Alemania, sino que también se halla en el corazón del cristianismo alemán. Aquí fundó san Bonificio, en el año 742, su primera iglesia, y en el año 744 la célebre Abadía de Fulda. El Cristianismo había llegado a las zonas dominadas por el Imperio Romano, pero más allá de las fronteras del Rhin, no había logrado llegar. Con san Bonifacio se va a producir la evangelización de todos esos terrenos, dominados por las tribus germánicas.

San Bonifacio dispuso que el Monasterio estuviera gobernado por Sturmius, al cual envió a Montecassino y a otros lugares monásticos de Italia para instruirse en las tradiciones monásticas benedictinas. El Monasterio de Fulda floreció así, convirtiéndose en un elemento fundamental en la evangelización de Alemania. Su biblioteca y escuela gozaron de la protección del emperador Carlomagno.

A esta escuela llegó Rábano Mauro, poniéndose al frente de ella cuando tenía 26 años siendo el máximo representante de la ciencia de la época. Su obra literaria es inmensa, con extensos comentarios a las Sagradas Escrituras, otras obras de carácter doctrinal, y también estudios sobre las ciencias naturales y humanas. El año 822, Rabano Mauro fue elegido Abad de Fulda, cargo en el que permaneció hasta el año 847, en el que fue designado Obispo de Maguncia, donde permaneció hasta su muerte, el año 856.

Tumba de san Bonifacio
El Monasterio evolucionó hacia una gran prosperidad material, pero con una decadencia espiritual. Así, se le impuso durante el siglo IX la reforma monástica de Benito de Aniano, consistente en un mayor esfuerzo en la oración y en el ascetismo. En torno al año 1.000, era reconocido el Abad de Fulda como Abad Primado de los monjes alemanes. Durante el siglo XII, el Abad pasó a ser príncipe, construyéndose un palacio al margen del Monasterio. Durante el siglo XVI tuvo que padecer los trastornos de la Reforma protestantes, y el abad impulsó la Contrarreforma mediante la fundación de un Colegio Jesuita. En 1632, durante la Guerra de los Treinta Años, fue saqueado el monasterio por tropas de Hesse. Terminada la guerra, pudo restaurarse el Monasterio, y en 1734 se fundó una Universidad. El Monasterio fue suprimido el año 1803, durante el período napoleónico y la imposición de la secularización en Alemania. Desde 1867, Fulda es el lugar de reunión de los obispos católicos alemanes y, actualmente, sede de la Conferencia Episcopal Alemana. La tumba de san Bonifacio, por así decirlo, está en el corazón no sólo del Cristianismo alemán, sino también de la rica tradición monástica alemana.


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